A estas alturas del partido y después de todo lo que nos ha dejado ésta pandemia, muchos de nosotros hemos caído en reflexionar sobre lo que le hemos hecho a nuestro entorno y si esto está relacionado con los males que aquejan al planeta y a nosotros junto con el; y a decir verdad si que lo está, de acuerdo con Martha Guadalupe Ferre, directora de la Cátedra de Agroecología y Sistemas alimentarios en la Universidad de Vic Barcelona, este desvinculamiento social hacia las raíces de lo natural nos ha metido en problemas como el que ahora vivimos y peor aún... provocar mas, según la investigadora, “el sistema alimentario está directamente relacionado con el cambio climático y la emergencia de las pandemias”, dado que fenómenos como la deforestación, la fragmentación de hábitats, la intensificación de la agricultura, el incremento de la globalización o la pérdida de biodiversidad contribuyen a los procesos de zoonosis que originan pandemias como la de la Covid-19. Y nos atreveríamos a decir que no solo el sistema alimentario, sino el sistema en general que se encarga de proveernos de bienes y servicios y como decidimos nosotros utilizarlos.
Quizá sea por ello que después de la reflexión, cada vez mas personas evitan el uso de productos que no provengan de fuentes "Bio", "naturales", "orgánicos" y demás; y están en justa razón, el problema es cuando existen por allí miles de contenidos engañosos que nos hacen creer que todo lo que lleva esta palabra es realmente bueno, algunos de los casos mas evidentes es por ejemplo, el uso de cosmética que proviene de marcas extranjeras, como la que hace alarde de sus ingredientes naturales traídos del Brasil, otro caso sería el de consumir kiwis, manzanas o uvas orgánicas de Australia, Chile o Estados Unidos.
En el primer caso se trata de productos que quizá contienen los ingredientes que mencionan, pero estos están en combinación con otros ingredientes sintéticos que anularían su denominación "natural" (que por cierto es parecido al nombre de la marca), gran parte de los ingredientes naturales que utilizan, provienen de la selva del Amazonas en donde se realizan explotaciones de estos productos convirtiéndose así en disruptores del equilibrio natural, amenazando la biodiversidad del pulmón más grande del mundo. Otro problema grave es el uso de plástico en todas sus presentaciones y la gran cantidad de basura plástica que generan, trayendo basura de otro país al nuestro, por que al final no solo adquirimos el producto si no también el residuo. Además de ésto la huella de carbono producida por los kilómetros que tienen que recorrer estos artículos hasta el consumidor final y el uso de combustibles fósiles para lograrlo, no es mas que un ejemplo del "greenwashing" del que mucha gente con buenas intenciones es víctima.
Una de las mejores maneras de ser ecológico es consumir productos fabricados lo mas cercano a nuestra región, pues si bien podemos encontrar jugos, frutas, verduras u otros productos libres de pesticidas, producidos de manera ética, pero éstos están a miles de kilómetros de nuestra ubicación, resulta no ser bueno ni económica ni ecológicamente por la cantidad de kilómetros alimentarios que acumulan (kilometros alimentarios = CO2 producido por kilómetro recorrido). Siempre es posible encontrar productos limpios, sin envase, a granel y con 0 kilómetros recorridos cerca de nosotros. El consumo local es el más ecológico que podemos encontrar, porque te contaré un secreto: aquellas frutas manchadas, con imperfecciones que siempre se ven mas "corrientes" y que por lo general hacemos a un lado, son generalmente las que menos tienen o no tienen pesticidas, pues el empresario agrícola convencional pone mil y una sustancias para que todos los frutos sean perfectos, mientras que el campesino o agricultor local, tiene acceso limitado o no tiene acceso a pesticidas por su alto costo y distribución, así que piensa dos veces antes de escoger esa manzana rojo brillante encerada del anaquel, pues mas vale un gusano de fruta que una molécula de veneno. Por otra parte puedes animarte a producir al menos una parte de tus alimentos, así siempre estarás seguro de la sanidad de lo que llevas a tu boca y luego a tu organismo.
Con todo lo que te he contado quizá ya te haya puesto a pensar si el envío de productos Zero Waste sólidos como los nuestros, también producen huella de carbono por el transporte y la verdad es que sí, pero definitivamente mucho menor a la que produce una botella de shampoo liquido, acondicionador, desodorante, etc. Y siempre serán una opción de consumo responsable por éstas razones:
No contienen agua, por lo que su concentración es mayor y su durabilidad, por ejemplo, 1 shampoo que pesa 110 gramos a 3 botellas de shampoo que equivale a alrededor de 2000 gramos (1 barra de shampoo rinde lo que 3 botellas de shampoo liquido), esto quiere decir que reducimos prácticamente 20 a 1 la eficiencia del transporte, necesitando menos mucho menos combustible para transportar los productos sólidos que los convencionales.
Cuando compras productos de cuidado personal Zero Waste, adquieres productos que al terminar su uso, no tendrás residuos o estos serán fácilmente compostables, evitando el uso de plásticos.
Compras productos nacionales hechos a mano de manera artesanal que si contienen ingredientes naturales, obtenidos de manera responsable de nuestras regiones naturales, convirtiéndote en un impulsor del mejoramiento del bienestar de las familias alrededor de toda la cadena de procesos.
En general todo lo que hacemos siempre producirá un residuo, el punto es redicirlo lo mas posible y hacer eficiente nuestro consumo evitando al máximo los residuos.
Si realmente quieres ayudar a cambiar el mundo, empieza por tu propio consumo, investiga, lee las etiquetas, la procedencia, los ingredientes, quizá te resulte tedioso al principio, pero una vez que identifiques lo más conveniente para ti y el medio ambiente te sentirás satisfecho con tus acciones, se que hay una vocecita que nos dice que es inútil lo que hacemos si la mayoría no lo hace, pero considera que serás pionero de un cambio que inequivocamente se necesita, y que quizá hoy sólo somos algunos, pero si no nos rendimos, pronto seremos mayoría, porque hay algo de lo que debemos estar conscientes, y es que el planeta no depende de nosotros, pero nosotros si de él, el podrá pasar a otra era, calentarse, enfriarse, congelarse, perder toda su vegetación y en otra era recuperarla, nuestra tierra siempre ha sido cambiante y siempre ha estado aquí y estará por millones de años más; pero nosotros no estamos hechos para estar en ella si sus condiciones climáticas cambian, somos tan frágiles como lo demostramos ahora que nos enfrentamos a esta pandemia, a desastres naturales, a la hambruna y a las consecuencias de nuestra propia ambición; así que mas nos conviene ajustar nuestro estilo de vida a lo que en verdad necesitamos, ser conscientes de nuestro consumo, porque el planeta ya no está dispuesto a darnos mas.
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