Bienvenido a esta nuestra primera entrada, que estés leyendo ésto nos da esperanza al saber que no somos los únicos preocupados por tomar acciones personales para bajarle a la generación de basura, las contaminación y el uso desaforado de los derivados del petróleo (plásticos y combustibles para ser más exactos). Si bien no queremos ser extremistas y sabemos que hay una parte buena en todo esto del petróleo como el uso de productos para el área médica (sobre todo en la situación actual), no nos oponemos al uso racional y razonado de los recursos, pero si al comportamiento aprendido de adquirir todo lo que nos deslumbre sin detenernos a pensar en su origen y en donde o como terminan.
Y es que decimos que es aprendido por que siempre se nos dijo que para ser felices necesitábamos ser exitosos, sobre todo a la generación X a la que pertenezco, para quienes cuando éramos niños el éxito se medía en bienes económicos y cuanta capacidad de compra se tenía, nunca nos detuvimos a pensar sobre lo verdaderamente valioso de una flor, un árbol, respirar sin miedo a enfermarnos por la alta contaminación, comer una manzana sin agroquímicos tóxicos, ir en bicicleta a cualquier lado sin que te atropellen, no tener que revisar la calidad del aire para ver si puedo salir a correr hoy, en fin... siempre creímos que el mundo era tan grande y que nada jamás cambiaría... nunca nos imaginamos que existiría una isla gigante de basura plástica años después.
Pero no estamos aquí para ser pesimistas, si sigues leyendo ésto es por que sabes también que estamos a tiempo de frenar la velocidad con la que nos estamos acabando el mundo, nuestro hogar (el único que tenemos, porque al menos aún estamos muy muy lejos de poder habitar otro planeta), con acciones personales, con efecto hormiga que no implique necesariamente forzar a otros a hacerlo, sino enseñar con el ejemplo y dar el primer empujón a esa pieza de dominó para que un cambio se realice en nosotros, nuestra casa, nuestra familia, los amigos, la comunidad, la región... nuestro planeta.
Una gran clave del freno al que nos referimos, es empezar a razonar más nuestro consumo, preguntarnos si es necesario tener 100 pares de zapatos, si me hace bien a mi y a mi planeta comer carne diariamente, si ese arreglo de mil globos es realmente algo necesario o si tengo que usar la ducha durante 1 hora. Además del consumo, hay que tomar acciones directamente incidentes en nuestro entorno, sembrar alguna planta que nos aporte oxígeno y nos de paz o cultivar nuestros propios alimentos son buenas opciones, utilizar solo productos naturales (de verdad naturales), sin compuestos sintéticos para cuidar nuestro cuerpo es otra opción, que además no generen residuos cuando se terminan es ¡genial! y que decir de aprender a hacerlos, utilizando algunos ingredientes locales o de productores mexicanos.
si estás en nuestra misma sintonía, entonces no te pierdas nuestros blogs y video blogs, en donde te compartiremos además de información útil, minicursos encaminados a rescatar nuestro planeta.
Gracias por leernos y preocuparte por el mundo que compartimos.
Muy bien amiga te felicito por tu primer publicación en esta página, si adelante con procurar tener una vida lo más sustentable posible en armonía con nuestro ambiente, con pequeñas acciones lo podemos hacer. Todo gran viaje, toda gran empresa, toda gran acción empieza con el primer paso.